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viernes, 18 de junio de 2010

ZARAGOZA EN POLOKWANE



Ya se, ya se, estoy exagerando. Pero creo que se vale exagerar en este caso, no todos los días se le gana a un campeón del mundo, en un mundial. Y no solo eso, no todos los días, la selección nacional juega un partido tan correcto, tan bien hecho, tan bien ejecutado, como el de ayer. Esto ya quedó ahí, no se va a borrar, así como nos van a acompañar siempre las horrorosas derrotas y los trágicos "ya merito". Vamos a tener siempre esta victoria para hacernos compañía.

Ahí reside la comparación con Zaragoza, más allá de que sean, por pura coincidencia histórica, triunfos ante franceses, son también las notas altas de nuestras batallas con el mundo. La del 5 de mayo es la victoria más notable frente a un enemigo foráneo en el país. Está el monte de las cruces y la noche triste, pero esas dos campañas de alguna manera terminaron en fracaso (y la noche triste no es técnicamente una victoria mexicana, pero igual). En el caso de la intervención, la fuerza del adversario era muy superior a la local, y se le logró vencer, en Puebla y al final también se les expulsó.

La victoria del tri no va a sentar las bases de la nueva república, no va a acabar con la impunidad de los políticos y sus cuates; no va a hacer que sigamos envueltos en una guerra estúpida e innecesaria; no va a traer de vuelta a todos los inocentes asesinados; no va a evitar que gane el PRI las elecciones en el 2010 (ojalá), pero, caramba, que bien se siente. Se siente bien ser mexicano, aunque sea por un ratito.


Y sentirnos bien es algo que pareciera estar proscrito en este país durante lo que va en el sexenio. 

De momento al menos, estemos felices.




lunes, 14 de junio de 2010

PRIMERA DERROTA



Si, hasta el lunes lo digerí, ni modo. México y Sudáfrica jugaron el viernes, dieron un juego divertido, emocionante, frustante, angustiane, un juego pues, de futbol. Nada que ver con el mortal aburrimiento que se recetaron franchutes y uruguayos por la tarde, para ver ese tipo de juegos, mejor me quedo con el Querétaro -San Luis,  es igual de horrible, pero tiene la excusa de que ambos equipos son más malos que la British Petroleum y Halliburton juntos.


Pero regresemos a México y a lo que considero es su primer derrota en el mundial en curso. Pero empató, me dirá algún infaltable despistado, no perdió. Es cierto, pero las condiciones en las que se da el empate son para considerarlo derrota. México pudo haber ganado el encuentro con la categoría y autoridad con la que Alemania venció a Australia, una prueba más de que México, oh sorpresa, no es Alemania. Tres claras de gol en el primer tiempo, tres errores cantados, un contragolpe en el segundo tiempo y la cosa casi acaba en tragedia a no ser por el poste.

Se que estos días es antipatriótico cuestionar a Aguirre, erigido en señor unificador de todas las tribus mexicanas y enviado de la iniciativa México para enseñarnos el nuevo evangelio corporativo, pero ¿acaso no habían ustedes visto ya esta película? una selección mexicana que ataca mucho, pero no concreta, a la cual la pescan como al tigre de Santa Julia y le meten un gol y se acabó el cuento. ¿no es muy similar a lo que pasó contra los gringos aquel fatídico año del 2002? Hay que recordar, insisto, que nos salvamos de milagro del 2 a 1, que hubiera representado ahí y en ese momento, la eliminación. Empatar con el rival más débil de los tres a los que vas a enfrentar es una derrota y punto.

La esperanza, demasiado bien lo sabemos, muere al último y tenemos dos partidos para mordernos las uñas y soñar con hazañas históricas, eso también es parte del juego al final del día, pero pudimos haberlo evitado si el Guille Franco mete alguno de los sencillísimos (para un delantero de la liga Premier de Inglaterra) cabezazos que se le presentaron.

Total, este primer partido no me ha hecho modificar mis lúgubres pronósticos contra la selección mexicana. 


y eso no me da ninguna alegría.





jueves, 10 de junio de 2010

¡¡¡¡YA VA A EMPEZAR!!!


No puedo evitarlo, mi tradicional ecuanimidad y mi flema certificada en Kensigton y Queensberry se desvanecen ante el primario y salvaje instinto futbolero que habita en todo ser humano que se precie de serlo. El mundial comienza mañana, un mes de borrachera lúdica se cierne sobre las temerosas esposas, novias y puestos de trabajo, que serán avasallados por las hordas hambrientas de goles.

Tengo muchas ganas de seguir este mundial, creo que hay elementos para considerar que veremos partidos francamente magníficos. Afortunadamente, frente a la tozudez y mecanicismo alemanes, estará la rapidez holandesa, el fragor español, la chispa argentina (que fracasará estrepitosamente si no levanta la copa), hasta los bien portados y cristianos brasileños prometen una buena cosecha de emociones, no se diga los osados portugueses, los sufridos marfileños, los impetuosos paraguayos, los soprendentes chilenos.

ah, y México. 


No me malinterpreten, quiero con todo el corazón que México rompa sus propias expectativas y juegue todos su partidos al nivel que le vimos contra Italia, gane o pierda. Pero lo cierto es que estamos en un grupo que está más apretado que el cinturón de un campesino, en el cual, por historia, por geografía, por sociología y hasta por civismo, somos el rival más débil. Insisto, ojalá me demuestren mi error, pero mi pronóstico, aquí y ahora, es que no pasamos a la segunda ronda. (se esconde para evitar las pedradas).

¿quien va a ganar el mundial? por eliminación, España no, porque es España y no sabe todavía ser grande, Italia no, porque sería demasiado triste para el futbol y además su equipo es una lástima. Holanda no, porque a los holandeses ya no les importa ganar la copa, no tengo idea de  por qué, pero me dan siempre esa impresión. La estadística histórica indica que o Brasil o Alemania estarán en la final, no creo que los dos. Eso nos deja con Argentina e Inglaterra como candidatos viables. Y solamente por cuestión ideológica, me gustaría que la copa quedara en el cono sur, así que, según yo, esta se la llevan a Buenos Aires. 

¿o ustedes como la ven?



miércoles, 21 de enero de 2009

FUTBOL NUESTRO DE CADA DÍA :la selección sin mexicanos



A resultas de la puntada de Memo Ochoa, que, para ser justos solamente expresó lo que están rumiando muchos jugadores, varios comentaristas y más aficionados, han salido por aquí y por allá comentarios de lo más notable y glorioso en donde hemos dejado ver, antes que otra cosa, lo temendramente racistas y xenófobos que somos.

¡Qué no halla naturalizados en la selección! ¡Qué se les ponga un límite! ¡Qué nomás sean tres! y barbaridades similares se han dejado leer y escuchar. Con esos paisanos, seguro a los naturalizados no les han de quedar tantas ganas de que les digan mexicanos.

Jóvenes, un naturalizado es un mexicano y punto. Una selección con once naturalizados es, por necesidad y definición, una selección con once mexicanos y tan tan. ¿De cuando acá tan recelosos del honor nacional? ¿y cuando le echan porras a Cabañas, a Leandro, a Suazo, a Zeballos, por decir solo algunos cuantos?

la cuestión es la mar de sencilla ¿por qué hay tantos naturalizados? porque a) los directivos del futbol nacional prefieren comprar barato algún jugador extranjero que ponerse a trabajar con fuerzas básicas y b) esos jugadores que compran barato, no son lo suficientemente buenos como para ir a su selección nacional (¿Cuántos de los nacionalizados son paraguayos?).

¿Quieren que se acaben los naturalizados en el fut mexicano? dejen de traer jugadores brasileños y argentinos. De esa manera no habrá peligro de que no puedan llegar a sus selecciones respectivas (y de paso tendremos un poco de menos mañas y de estrellitas falsas).

Eso si, lo xenófobo y racista quien sabe como se nos vaya a quitar.


Blogalaxia


Este blog es parte de Buzzear (AR)