Reconoceré que la primera vez que escuché sobre el eminente etnólogo francés, mi primera respuesta fue de plena y juvenil incredulidad, ¿El que hace los pantalones también es antropólogo? Ni modo, cosas de la edad y la cultura consumista. Ayer se murió Claude Levi-Strauss, profeta y señor de los antropólogos estructuralistas, supongo que algún mezquino integrante de su secta se negó a mandarle los litros de sangre anual que todos tenían que pagarle (te estoy viendo a tí, Diego) y como resultado, interrumpió el maquiavélico plan de los estructuralistas de mantener con vida por siempre a su amado pastor.
Un plan que, por lo demás, era totalmente inútil, sobre todo porque para gente como Levi-Strauss, la muerte es solamente un mero accidente, que no interrumpe ni interrumpirá su carrera en lo más mínimo. Levi-Strauss no dejará de producir dosis ridículamente enormes de conocimiento por el simple hecho de no estar vivo. Ante este tipo de sujetos, la muerte necesariamente se declara incompetente, le haga lo que le haga, Claude Levi-Strauss, desde hace un buen rato que era inmortal.
Pocas veces se ensañan tanto las musas de lo científico con los simples mortales como lo hicieron con este explorador del amazonas. La cantidad y calidad de su trabajo se mantiene y mantendrá por sí misma por muchísimos años. Nos deja tareas inmensas por realizar, entre las más destacadas, poder aspirar a entender, por lo menos con un tercio de la claridad con la que el entendió a las sociedades simples, nuestras actuales sociedades complejas.
Claude Levi-Strauss buscó y encontró en el corazón de los seres humanos los elementos que nos distinguen y al mismo tiempo nos hermanan. Nos enseñó que la fuerza que nos mueve tiene poco o nada que ver con lo pragmático e inmediato - a despecho de lo que digan los gurús de la sociedad neoliberal - y mucho con el nunca completamente explorado mundo de lo simbólico. Todo significa, y significa mucho, todos somos, al final del día, seres intentando entender el mundo con las herramientas a nuestro alcance, y para entender, contamos, inventamos, mitificamos, arreglarmos nuestro mundo en pares, para poder darle equilibrio y sentido a la locura de la vida.
Ayer, Claude Levi-Strauss, cayó víctima de la más definitiva de las oposiciones binarias. Vida y Muerte, los que nos quedamos en el lado vivo de la oposición, aunque no seamos directamente sus viudos, sentimos el peso de su huída de manera realmente leve, porque a pesar de que la presencia física ya no estará más aquí, su presencia espiritual e intelectual (mente-espíritu, otra oposición) se queda para informarnos y para retarnos a seguir entendiendo y descifrando los entresijos de estos extraños sujetos llamados seres humanos. Sujetos a los que él conoció tan bien.
Descanse en paz.

Claude Levi- Strauss (1908 -2009)
Antropología Claude Levi Strauss