domingo, 18 de mayo de 2008

FUTBOL NUESTRO DE CADA DÍA




Necaxa: ahora es demasiado tarde.

Con asombro justificado, los reportajes sobre el partido de ida de los cuartos de final de este torneo de clausura 2008 (lo cual sigue siendo un muy mal nombre ¿clausura a principios del año? Pero ya conocen a los de la Federación, la imaginación no es precisamente su fuerte) entre Necaxa y Santos como una alteración abrupta de los roles que ambos cuadros interpretaron durante el torneo regular. El exageradamente tímido Necaxa se volcó al frente y el ya tradicionalmente aventurero y generoso Santos se replegó estratégicamente. Obligados por las circunstancias, los rayos salieron a meter goles, la única esperanza posible frente a un rival tan fuerte, era ganar en casa (uno a cero de preferencia) y después, en Torreón, regresar al juego de siempre, todos atrás. La táctica, como era de esperarse, falló, Santos ganó y Necaxa se halla virtualmente eliminado.

Dicen que tiene más el rico cuando empobrece que el pobre cuando enriquece, o algo así, y en términos de futbol se pudo apreciar en este partido como este adagio se hacía realidad. Le costó mucho menos trabajo al Santos adoptar una postura defensiva, que al Necaxa adoptar una ofensiva. Aún sin saber de dirección técnica, tengo para mí y después de haberlo escuchado como un lugar común como chorrocientas veces en tele y radio, que el armado de un equipo se hace de atrás para adelante, por lo que me parece algo lógico que, como si de clases se tratara, en primer grado se aprende a construir una defensa, quizás en segundo a utilizar esa defensa para jugar al contragolpe, pero es sólo cuando se avanza realmente en los estudios cuando se llega a construir ofensivas convicentes y goleadoras. De ahí que considero que es más sencillo que los avanzados puedan dar marcha atrás y jugar defensivo, que los principiantes intenten jugar “de sexto año”, que fue precisamente lo que ocurrió al Necaxa en el juego de ida (y que se verá más penosamente evidenciado en el de vuelta).

Por eso digo que ya es demasiado tarde para el Necaxa. Es bastante ingenuo llevar una campaña llena de mediocridad y conformismo, para de golpe y porrazo pretender que saben jugar hacia delante. No se puede de la noche a la mañana convertirse en un buen equipo, por más que las reglas del torneo nacional premien tanto a los equipos mezquinos y aburridores (y en caso de que San Luis pase a semifinales contra Cruz Azul, se verá en la misma situación, al fin hermanos, Necaxa y San Luis practican el mismo tipo de no-futbol, el futbol ratonero y miedoso, o, como yo le digo, el futbol necaxeado).

Y como apunte final, no deja de ser cómico rayando en lo patético el hecho de que la directiva del club (que, no lo olvidemos, es una secretaría más del gobierno del Estado, como finanzas o el instituto de Cultura), sabedora quizás de los pocos alcances a los que puede aspirar el club, festeja en sus mantas al Necaxa como un equipo “triunfador”, por haber logrado la hazaña de colarse a la liguilla (por la puerta de atrás) por segunda vez en su historia en Aguascalientes.

Si esos son los triunfadores, ¿Cómo serán los perdedores?

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